Las gabbeh (que literalmente se traduce como alfombra sin trasquilar o de pelo largo) proceden del sur de Irán y su origen se atribuye a la tribu de los loris. Por tratarse de un pueblo nómada, las gabbeh originales eran piezas de tamaños pequeños.
Si algo caracteriza a estas alfombras es su simplicidad. En parte, la sencillez de sus motivos responde a limitaciones técnicas: como su densidad de nudos es baja, se debe prescindir de diseños complicados, por eso los más comunes son los dibujos geométricos.
Pueden encontrase dos tipos de gabbeh: las tintadas, que muestran preferencia por los colores vivos (rojos, azules y amarillos) y las naturales, en las cuales se juega con los tonos propios de la lana (negro, blanco y beige). Cuando se utilizan colores, las gabbeh resultan muy atractivas, porque el tejido forma abrash, esto es, cambios de tono o aguas, que se deben, en gran medida, a la confección artesanal de las piezas. Contrariamente a lo que pudiera pensarse esto no es un defecto, es un rasgo distintivo que les da aún mayor encanto.
